-El país donde nunca se crece.

Todos hemos de crecer y madurar. Desde pequeñita me han dicho esto. Cuando rompía algo, cuando se enfadaban conmigo. Pero yo me negaba. No me gustaba la idea de crecer. Solo de pensar, que tendría que dejar de jugar, de reír, de llorar por tonterías. Ya no podría leer cuentos de hadas. Ya no podría visitar el país de nunca jamás. No iba a crecer. Pero te engañan. Te engañan como la niña pequeña que era. Me prometieron riquezas que yo, muy tonta, soñaba con tener. El chico de mis sueños, la mejor ropa, amigas guapas... Poco a poco, fui creciendo, y fui dejano atrás ese mundo mágico, sin darme cuenta. Se acababa. Cada vez parecía más lejano. Y por eso corro. Corro para salvar lo poquito de niñez que queda en mi alma. Corro para no perder ese tren al pais de nunca jamás, el país donde nunca se crece, y siempre se es feliz.